Káva Káva Káva

Todos amáis mi platito para los cereales de El Principito, con cucharita incluída. Esto es así y no podéis negarlo. Ahora, para más inri y envidia vuestra, añado al pack desayunil una adquisición que hice en la mismísima Praga. Atraídos por el aroma del café (y por la sana costumbre vacacional de Lois de tomar en las sobremesas un cafelito + bollito/porción de tarta) entramos en un local cercano a nuestro hotel llamado "Káva Káva Káva Coffee". ¿Qué significa? Ni pajolera idea. Lo que daban dentro sí tenía un delicioso significado...


... Una colmada taza de capuccino y unas porciones de tarta que quitaban el sentido. Recurrí a mi favorita (y, admito, un tanto extraña) tarta de zanahoria (que me encanta precisamente porque no sabe a estúpida zanahoria -hay un sitio cerca de la plaza de Quevedo donde la hacen estupendamente y que me recomendó un amigo y cuyo nombre no recuerdo pero debo volver a por ella-...)... ¿Dónde estábamos? Ah, sí. Yo tarta de zanahoria, Lois la pidió de Bailey´s. Gloria bendita la de Bailey´s (dudo mucho que se escriba así, no me apetece comprobarlo). Otro día pidió Honey Cake y ya no cambió de tarta, le encantó la de miel. A mí ni fú ni fá, pero la de Bailey´s... Bueno, que tanto me agradó el local (y tanto nos recordó la camarera -rubia y maja- a la Phoebe de Friends) que decidé comprar la taza en la que me bebí el capuccino (bueno, una limpia pero exactamente igual) y tener así un pack de desayuno de auténtico ensueño. Rabiad. Rabiad y envidiadme. Haré mías las palabras de He-man, ese sabio: "Yo tengo el poder"... (Supongo que iré goteando datos de Praga, little by little).