Revistas y fanzines

Por fin tengo entre mis manos el nuevo número de "Empire", la mejor revista de cine que yo conozco (¡y conozco muchas!... la mejor española es "Imágenes", by the way). Ellos se hacen llamar "la mejor revista de cine del mundo"... claro, son británicos y son pomposos (como bien puntualizó Michael Moore, a la hora de elegir nombre para su país lo llamaron La "Gran" Bretaña, con un par). Pero no creo yo que ande muy descaminada esa afirmación. "Empire" es una carta de amor mensual al cine, al comercial, al independiente, al británico, al norteamericano, al francés y al chileno. Su diseño es, sencillamente, alucinante; y sus artículos son gloriosos, con ese humor tan british, tan irónico, tan sano. Siempre he querido tener una revista propia. Si la tuviera, desearía que se pareciera a "Empire"... Sí, sí, ya sé que quiero tener muchas cosas (una heladería, una revista, ¿os he contado cómo serían mis cines?), pero ya os dije que uno vive a base de sueños...

De pequeño empecé haciendo un fanzine mensual de "Melrose Place" (sí, sí, el melrose place de toda la vida), lo anuncié en TeleIndiscreta y conseguí 12 "suscriptores". Se llamaba "Place", a secas. Cobraba 4.000 pesetas al año por 12 números... y como estábamos por aquel entonces en los tiempos de antaño (que diría Rachel), la cosa era un poco artesanal: escribía a Word, recortaba fotos de las revistas y lo juntaba todo con pegamento Pritt (¿lo recordáis? el rojo con la ruedecilla negra, cómo olvidarlo). Lo llevaba a mi papelería de confianza y ¡hala! a hacer copias... que posteriormente enviaba por Correos cada mes. Siento un respeto casi reverencial por la prensa escrita y, por mucho que disfrute de la prensa online, espero que nunca desaparezca. Un buen diseño (y un texto decente) plasmado sobre el papel es para mí lo que un emplatado para Arguiñano: lo más grande.

El segundo fanzine que hice no lo hice yo solo. Lo hicimos Miguelito, Nico y yo. Se llamaba "Seres" y durante 2 ó 3 años, salía cada martes en la Universidad Antonio de Nebrija (y salía cada martes, y lo digo orgulloso, en homenaje al día que se emitía "Médico de familia"). "Seres" es una de las mejores cosas que he hecho nunca. Compartía ideas, textos, creaciones y locuras varias con dos de los tipos más talentosos, sensibles y clasiquísimos de la historia de los tiempos (sólo faltaba Leonardo Dantés para cerrar el círculo). Las "locuras" fueron míticas: el día de la tostada (cuando acudimos en bata y zapatillas, con tostadora, pan bimbo y mantequilla para acompañar cada ejemplar de "Seres" con un desayuno de toda la vida), el Donut Day/Homer Day (donuts y cartones de leche y colacao, con cientos de vasos de plástico), la entrega de "gominolas tóxicas" (bandeja en mano y máscara tipo Michael Jackson protegiéndonos) para celebrar el lanzamiento del suplemento "Tóxicos Básicos"... ¡Ay, qué tiempos! Tras "Seres", surgieron en nuestra universidad fanzines como setas. Tras la Orla Seres en el día de nuestra graduación, ya nada volvió a ser lo mismo... "Seres" volverá algún día. Lo sé. Hubo otros fanzines ("Scrambled Eggs" en el Aeropuerto de Dublín, "Becari@" en Televisión Española, "Mental TV" en Globomedia...), pero ninguno como el más grande.

Resumiendo: cada mes acudo con ansia a Fnac para conseguir el nuevo número de la mejor revista de cine que conozco. La revista que me recuerda por qué amo el cine y por qué amo el periodismo y las revistas. Es uno de esos pequeños placeres de la vida. Los mejores.